Monday, June 05, 2006

De hombre a hombre


PASEO CONDESERO Una tarde romántica y nublada, perfecta para chocolate y tango
(foto tomada con el celular).

Ayer, Mamá de Lucio y yo disfrutamos de un delicioso menú italiano hecho en casa, sopa de granos con hierbas, bresaola con alcaparras, tortellini al pesto y una fantástica botella de Valtellina Superiore, Riserva Inferno 1997. Celebramos un domingo feliz, la maravilla de ver crecer a nuestro hijo y experimentar primeros días de todo, la primera fiesta, el primer baño en regadera y en especial nuestro primer paseo, un tête a tête padre e hijo.
Fue idea de ella. Lo que sería una salida típica de domingo se convirtió en mi primer gran paseo con Lucio.
—Demos una caminata—, sugirió. Pronto me puse el canguro y en menos de dos minutos ya estaba listo. Ya en la puerta, me propuso quedarse a tomar un té mientras yo podía disfrutar de mi hijo. Gran aventura, salir, caminar solos por las calles cercanas. Los árboles tomaron toda la atención de Lucio. No sé qué le provoca tal fascinación, pero ya en la Librería del Fondo (precioso recinto), el vitral de Jan Hendrix lo mantuvo otro rato entretenido; es como una gran rama que cubre toda la zona de libros. Ahí donde ya somos conocidos, más Lucio que yo, tomamos capuccino moca, saludamos a algunos visitantes frecuentes y fuimos a buscar un disco de tango. Estos momentos me hacen pensar mucho en mi abuelo y en lo divertido que fueron mis años de infancia. Por eso, para una fecha tan importante había que buscar música igual de emblemática. Adiós Nonino es probablemente la pieza de tango por la que mejor se recuerda a Astor Piazzolla. Cuentan sus biógrafos que durante una gira por Centroamérica, Astor (perdón que sea tan familiar) fue informado de la repentina muerte de su padre. La noticia lo conmovió tanto que escribió una de las melodías más profundas y sentidas. Piazolla la interpretó por primera vez en Nueva York en 1959. Por aquel entonces, la fusión tango-jazz resultó demasiado revolucionaria para la época. Con los años, se ha vuelto no la mejor pero sí la más representativa. Mi abuelo tuvo pocos discos de tango pero bien seleccionados. En un cumpleaños le regalaron Tango número 4, que yo, como muchos otros LP's de mi infancia, puse hasta el cansancio. Cuando escuché por primera vez Adiós Nonino la conexión fue inmediata. Hoy, muchos años después, con mi adorado Lucio en brazos, recordamos al abuelo que hubiera disfrutado mucho no sólo escucharlo sino ver los ojos grandes y la boquita de sorpresa que pone cuando las ramas de los árboles llaman su atención.

6 comments:

Anonymous said...

Querido abejorro:

Parece también una aventura del ciclo artúrico. Parsifal sale al bosque en manos de su padre, y es ahí donde descubre su verdadera identidad. Parsifal es literalmente "el que horada los bosques", "el que se da nombre a sí mismo". Lucio, como Parsifal, encuentra el alfabeto oculto de los árboles en medio de tanta herrumbre humana (qué profundo me puse).
Parece más que un paseo, se antoja más como un recorrido iniciatico por el que se descubre la consanguíneo, lo que cunde por las venas. Te recomiendo La invención de la soledad, de Paul Auster (ahora laureado con el premio Príncipe de Austurias, 2006).

Felices díás por venir, El Mago MerlRik

Anonymous said...

Breve comentario:
Para referirme a Lucio hay todavía muchos días, incontables paseos y numerosos encuentros con cosas que aún le son desconocidas. No quiero con ello decir que postergaré por siempre el comentario a Lucio, sólo que no quisiera dejar pasar la oportunidad para referirme a quien comenzó, hace ya muchos años, la historia que Lucio comienza a vivir: El abuelo.
Yo tuve la oportunidad de conocerlo y eran frecuentes sus sonrisas espontáneas. De trato sencillo, el abuelo siempre abrió las puertas de su casa a los amigos de Alejandro y lo más curioso es que jamás se le olvidaba una cara. Recuerdo nítidamente como al hablar de Karen o Nadine, el abuelo inmediatamente las reconocía y participaba en la plática. Un hombre de nobleza y rectitud en el espíritu, que siempre contribuyó con sus amenas charlas a fundir la amistad que era ya, de suyo, una relación repleta de sincero afecto.
Mis recuerdos más alegres al abuelo
Francisco "vi", te ví, y bee.

Anonymous said...

Dos hombres en mi vida

El calor de ambos me entibia cada mañana y después de sus ojos no necesito mirar nada más.

Anonymous said...

Querido papa de Lucio:
Aunque nos enfrasquemos en discusiones por las mañanas de si es importante o no el papa, si se da cuenta o prefiere a mama mas que a papa.. creo que cada uno de estos pequeños pero gigantescos momentos que se dan con Lucio lo marcaran por siempre.. aunque sea casi un frijolito.
Sin duda alguna eres ya un gran papa.

Anonymous said...

A Mamá de Lucio
Por las noches, en silencio te miro mientras alimentas a Lucio, observo a detalle tu perfil, tu pelo. Toco tu espalda, me acerco y miro con sorpresa la precisión con la que nuestro gourmand lacteo succiona. Te abrazo, le tomo los pies, trato de reconfortar su inquietud, me siento como nunca en el día, en el espacio más amado de mi exitencia. Nos pasamos el amor por la piel, con las miradas que se cruzan, con las sonrisas que nos regala nuestro hijo justo antes de volver a dormir.

Anonymous said...

Carambas, abeja... otra vez me hiciste llorar.