Wednesday, September 20, 2006

Un bebé de colores

Papá e hijo chapotean en la regadera. Mientras, yo miro a través de la ventana, con ganas de dormir un par de horas más. Veo el cielo al mismo tiempo que trato de espabilarme tras una noche de sueño interrumpido en la que amamanté a Lucio por lo menos cuatro veces, lo miré respirar otras tantas y desperté para ver si estaba bien tapado o tenía las manos frías, y temí que estuviera en el borde de la cama a punto de caerse.
A veces está nublado, a veces oscuro, y otras más, de un azul que promete brillar al mediodía. Me imagino si iremos al parque, al súper por algo urgente y ligero, al Starbucks para leer el periódico y saludar a las chicas que siempre le hacen fiestas, o al mercado para comprar una papaya para papá.
Entonces abro la ventila o la ventana, según el fresco, voy de un cajón a otro y escojo el color de Lucio para ese día. Azul intenso o tenue, naranja -mi preferido-, verde, blanco o rojo -otro favorito-. Le combino conmigo y vamos los dos de naranja, los dos de rojo, los dos de blanco.
Es entonces cuando un "¡Maaaamiiii!" termina por despertarme. Corro por una toalla y lo abrazo.


GUERRERO DEL AGUA Algún día tendremos que batallar para sacarlo de la alberca.

1 comment:

Anonymous said...

Una mirada dice mas que mil palabras????

Teresa