VERIFIQUE SUS DATOS Y SONRÍA A LA CÁMARA Y así cada año hasta el tercero y luego cada cinco hasta los 18... ufff.
Como todo niño contemporáneo, desde pequeño ya cuenta con CURP, cartilla de vacunación y ahora pasaporte, que se suma al montón de documentos que van formando el archivo personal de Lucio. Como era de esperarse, el trámite fue una pequeña odisea que dio inicio con la carta expedida por el pediatra, único documento de identificación con foto a su edad.
Si bien todo se ha simplificado, cada vez que visito la delegación Miguel Hidalgo revivo el mal recuerdo de mi primer pasaporte cuando era un niño de nueve años. Entonces era necesario llegar a hacer fila desde las seis de la mañana y, como en mi caso, fue necesario invertir varias mañanas hasta completar el listado de documentos. Hoy es todo más sencillo, la cita se hace por teléfono y en teoría 45 minutos bastan para obtener el librillo verde. Nunca falta un pero como en nuestro caso. "Su recibo no dice en que banco efectuó el pago...", me dijo amablemente el gestor de la primera ventanilla, sin embargo seguimos adelante. Gestor tras gestor preguntaba, y terminaban diciendo: "Pues a ver si se lo aceptan". En cada caso me esforcé en explicar que un logotipo de banco no significa nada, que lo importante es que contenga todos los números de referencia, operación, transacción y folio que se pueden leer en el papel, además de la firma electrónica y otros datos incomprensibles. "Pues no. Si no dice el banco a mí no me la acepta Hacienda...", concluyó la delegada de pasaportes que vestía de rosita de pies a cabeza.
Por fortuna Mamá de Lucio y yo, muy coordinados, conseguimos el papel que demostraba lo que a tantos expliqué, tres horas más tarde, al final Lucio obtuvo su pasaporte y yo me pregunto si en verdad ha mejorado tanto el sistema en 25 años. Creo que no.
La anécdota me hace pensar que a este ritmo, dentro de 30 años, cuando Lucio lleve a su hijo para cumplir con el requisito, no será tan fácil como presionar un botón de su ipod con celular, cámara de foto y video, traductor, computadora y proyector de películas holográficas, para tener acceso a toda la base datos de la familia Zárate Medina y en un santiamén transmitir de forma remota e inalámbrica el documento digitalizado (y por triplicado) al monitor de plasma del burócrata en turno (robotizado por cierto), para solucionar el trámite. Afortunadamente ya no es necesario presentar copia certificada ni de la factura del refrigerador, ni del listado de vacunas del perro (chiste ochentero).
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